DEVOCIÓN

Debajo de un árból, frente a la casa, veíase una mesa y sentados a ella, la muerte y la niña tomaban el té. Una muñeca estava sentada entre ellas, indecibelmente hermosa, y la muerte y la niña  miraban al crepúsculo, a la vez que hablaban por encima de ella.
-Toma un pouco de vino-dijo la muerte.
La niña dirigió una mirada a sua alrededor, sin ver, sobre la mesa, otra cosa que té.
-No veyo que haja vino-dijo la muerte.
-Es que no hay - contestó la muerte.
-Y porque me dijo husted que había?-dijo
-Nunca dije que hubiera sino que tomes-dijo la muerte.
-Pues entonces ha cometido huested una incorrección al ofrecérmelo- respondió la niña muy enojada.
-Soy huerfana. Nadie se ocupó de darme una educación esmerada - se desculpó la muerte.
La muñeca abrió los ojos.


Alejandra Pizarnik, in Prosa Completa, Lumen, 2009

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